martes, 13 de septiembre de 2011
ni pelos, ni nada
Nos falta algo, no hay galopes por la escalera, ni esa mirada desde abajo cuando desayuno. Ahora en cada rutina se le echa en falta, tropezando conmigo todo el rato, como un cachorro dentro de un cuerpo enorme.
Todos oímos el frenazo y después el golpe y nos quedamos un momento callados, sabiendo lo que había pasado.
Lo peor fue apartarle de en medio de la carretera, arrastrando el cuerpo inerte en la oscuridad, mientras otros perros aullaban y L. lloraba gritando.
Esta noche entre sueños, he notado que se metía en mi cama y me agarraba fuerte de la cintura, como para que no me escapara, se le están escapando muchas cosas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cuando se nos va una mascota que nos ha acompañado por tanto tiempo el vacío es indescriptible.
ResponderEliminarVaya, lo siento.
Besos, Claudia.
Ay, qué lástima, pobre animal, y cuánto siento que la niña haya tenido que ver esas cosas
ResponderEliminarYo entiendo estas cosas demasiado bien. De más.
ResponderEliminar¡cuanto lo siento!
ResponderEliminar¡como te comprendo!
ahora que tengo a mi Ron, no sé qué haría si le pasara algo... Congo me dice que lo trato como a una personita pero es que sólo les falta hablar, ¿verdad?
¡que noticia tan triste1
besiños cariñosos, de corazón.
Aldabra
Principios y finales... En casa hay desde hace unos días un perro. Es la novedad. La idea era llevarlo a una casa en el campo, y allí estuvo en verano, pero el looby de presión de mis hijos ha conseguido traerlo a casa. El cariño se apelmaza cada día que pasa, y me temo que su presencia va a ser definitiva. Pienso que ese nuevo integrante de la familia puede vivir unos quince años: no es como un juguete que acaba destrozado en un arcón. Es alguien, no algo.
ResponderEliminarEso es lo más terrible de ser niño...lo más duro, y así se hace uno a golpes duros...
ResponderEliminarDigo...en general tengo más miedo por lo que pierden mis hijos a lo que pueda llegar a perder yo, que no sean mis hijos, claro...
ResponderEliminarse escapan cosas...se encuentran cosas.
ResponderEliminareso es el vivir cada día.
es durisimo enfrentarse a la muerte de un ser querido, mas en la infancía (que nunca piensa en esa posibilidad).
Que pena.
ResponderEliminarLo siento mucho.
Un abrazo.
Lo siento mucho.
ResponderEliminarUn beso grande.
Duele. Sólo puede doler.
ResponderEliminarTe acompaño en el sentimiento.
Un abrazo fuerte.
:(
ResponderEliminarAlgo parecido me pasó hace unos años cuando murió mi ovejero alemán Alma *
Un beso o 2 #
muy duro...
ResponderEliminarun abrazo
Lo siento amor...
ResponderEliminarEsta semana la cobaya de mi hijo enfermó y mi peque me hizo jurar que iba a salvarla...apenas he dormido desde el sábado, he tenido que hacer un milagro y jugar al veterinario...y hoy por fin comenzó a alimentarse sola y a caminar un poquito... Mi peque me ha abrazado esta tarde y me ha dicho que creía que no se salvaría, pero que me hizo jurarlo porque yo nunca rompo una promesa...estuve toda la tarde llorando, no sé si de emoción o del miedo porque sé que llegará un día en que no pueda cumplir alguna promesa.
Un beso.
Animo y mucho cariño a la nena, en verdad lo siento.
Que pena cuando se van los pocos que nos entregan su corazón sin pedir nada a cambio, mas que amor.
ResponderEliminarUn beso,
Facu.
Uf, que triste. Las primeras pérdidas ... y saber que no podemos hacer nada para que no sufran.
ResponderEliminarQue horrendo!!!
ResponderEliminarpobrecitas las tres...
Crecer y afrontar pérdidas... Debería estar prohibido hasta cierta edad.
ResponderEliminarBeso fuerte.
Pues lo siento mucho, de verdad. Os envío un abrazo.
ResponderEliminara mi se me murió una perra del mismo modo.
ResponderEliminarel que la atropelló nos denunció por llevarla suelta y nos pidió una indemnización.
recuerdo aquel dolor y la falta de comprensión de la gente... como se burlaban ante mis ojeras de no dormir y mi falta de apetito por la pena... decían "está triste porque lle morreu o can" y se descojonaban dde la risa.
Vaya...parece mentira el cariño tan grande que se lleva a coger a una mascota.
ResponderEliminarUn abrazo
Abrazo grande
ResponderEliminarHe pasado por aquí y no he podido evitar leer esta entrada y sentirme apenada. Amo los animales, y la verdad es que hay mucha gente que jamás entenderá por qué nos sentimos así cuando se nos va un compañero animal no humano. Muchos ánimos.
ResponderEliminar