Cuando vi este autorretrato de Sophie Calle, me interesó buscar lo que hacía.
Conforme iba leyendo, me dí cuenta de que esa foto era la síntesis perfecta de su obsesión: mirar y ser mirada.
En su forma de actuar, había algo de mí, ese impulso de recoger cosas intrascendentes que pone el azar en el camino y dedicarles un montón de energía, buscar afanosamente un sentido a algo que se sabe de antemano que no lo tiene. La diferencia es que ella lo convirtió en su profesión y en mi caso, no deja de ser una pérdida de tiempo, un agarrarse a lo absolutamente improductivo.
Pero no le basta con mirar, necesita meterse en la intimidad de las personas y que las personas se metan en la suya propia y lo lleva al extremo.
Sophie Calle, recibió vía e-mail, una carta de ruptura de su pareja que terminaba diciendo: "prenez soin de vous" (cuídate, pero que en francés suena mucho más frío y despiadado). No sabiendo qué responder y sintiéndose como si ella no fuera la destinataria de la carta, la envió a 107 mujeres y les pidió que la interpretaran según sus oficios y ocupaciones, había cantantes, contables, actrices, bailarinas, criminólogas, periodistas, astrólogas, poetas, matemáticas, dramaturgas, traductoras, payasas y más.
Con todo el material fotográfico, grabado y escrito, hizo un libro "Prenez soin de vous" y más adelante una exposición. Y así consiguió salir del agujero.
Para otro de sus trabajos, buscó a gente desconocida para que ininterrumpidamente y por turnos, durmieran en su cama, durante ocho días. Les observó y les tomó fotos mientras dormían.
Cuando volvió a París después de estar siete años en el extranjero, se dedicó a seguir a gente por la calle y ella misma cuenta, que siguió a un tipo hasta Venecia. Invirtiendo los papeles, cuando le pidieron que trabajara sobre un autorretrato, le dijo a su madre que contratara a un detective para que siguiera todos sus pasos y la fotografiara.
Otra vez, se encontró una agenda y se le ocurrió fotocopiarla y devolverla anónimamente, quería conocer al dueño de la agenda a través de sus contactos, que ellos le contaran todo de él.
Paul Auster convirtió a Sophie Calle en un personaje de su novela y en eso estoy, leyendo Leviatán.
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Bueno si en eso estas, prends bien soin de toi... ;-)
ResponderEliminarBises, Claudia.
Para mí Paul Auster es el mejor escritor actual.
ResponderEliminarEs excepcionalmente bueno.
Besos.
Gran fotógrafa esta Sophie Calle.
ResponderEliminarTendré que leer ese libro de Auster que la trae como personaje.
Saludos
Sabías que yo estoy enamorada de Paul, no?
ResponderEliminarUn beso o 2 #
Una vez más coincido con Toro #
es muy interesante
ResponderEliminarYo, como fan de la privacidad, me veo aterrado por esto. Y tentado, a la vez.
ResponderEliminarImagino que en mayor o menor medida todos deseamos mirar y ser mirados. Me gustó la entrada de Sophie Calle y otras que he curioseado :) Te sigo para seguir mirando...
ResponderEliminarClaudia, conocer lo verdadero es algo así no? como quedarse espiando...
ResponderEliminarme encanta
Es una historia muy interesante, aunque roza la locura, si no traspasa la línea, y también la del acoso, ¿no?
ResponderEliminarBesos
Delicioso. Suena delicioso.
ResponderEliminarNo coincidiendo en parte con esto de que tu no le extraes beneficios a esto de aprovechar la vida cotidiana, (ya vez, tiene un blog realmente bello) lo de Sofhie, hay que reconocerlo es altamente creativo.
ResponderEliminarBueno, ya nos dirás cuando termines la novela.
Cuidate. (pero cuidate bien) :)
Soy Carlos, de Apenas penas.
En "Todos los nombres", de Saramago, el protagonista (José, el único al que se llama por su nombre) se obsesiona con una mujer de la que sólo conoce su ficha del Registro Civil. Comienza a investigar, a seguir pistas, con la intención de encontrar a una mujer que ha sido capaz de enamorarlo por su nombre, por su rastro registral. La clave es "mirar". Quien sabe mirar, ya está en ventaja: podrá encontrar filones de belleza que no se "ven".
ResponderEliminarPor cierto: tu blog es eso: una sucesión de "miradas". Miradas que me encantan.
Gracias por el dato, la voy a leer :D
ResponderEliminarMe convenciste. Voy por ella. Ciertamente, Auster ya me había convencido hace un tiempo.
ResponderEliminarImpresionante, interesante y productiva, la forma de mirar la vida de Sophie Calle. Aprender a conocerse a una misma conociendo a los demás hasta la última huella, me parece un método más que inteligente.
ResponderEliminarPaul Auster me fascinó desde que leí "El Palacio de la Luna". En sus novelas concede gran importancia a esa "casualidad no tan casual", por tanto, no me extraña ni un ápice que conviertiera en personaje literario a Sophie Calle y su mirada del mundo.
Interesantísima entrada, Claudia. Gracias.
Un abrazo.
Amiga con la emoción que le pones a las cosas no estás perdiendo el tiempo, puede que para ti no tenga mucho sentido, pero no es una perdida de tiempo...
ResponderEliminarel día que vi el regalazo que nos hicistes por aquí, con las imágenes que concordaban con nuestros blogs, con nuestros espiritus, regalo sin publicidad, ni alardeo, tendido como todo buen presente, volví a creer que los blogs es un espacio extraordinario de compartir cosas desde lo humano con desconocidos que ya no lo son.
Me quedo con la curiosidad de leer máss sobre esta personaja, me recuerda a Amelí...
Un abrazo
Corajuda. Hay que animarse a sumergirse en las vidas ajenas y dejar que revisen todos nuestros rincones y miserias. Yo no me atrevería.
ResponderEliminarleí Leviatán el año pasado, ya decía yo que me sonaba.
ResponderEliminarbiquiños y que lo disfrutes
Aldabra,
Muy interesante, he leído un montón de Paul Auster pero creo que Leviatán se me ha escapado, pero por lo que cuentas de Sophie es una persona totalmente austeriana.
ResponderEliminarUn saludo
PD.Probablemente tengas razón en que es algo absolutamente improductivo, pero dudo mucho que sea una pérdida de tiempo. En todo caso ¿ que no es una pérdida de tiempo?.
Intentare leerlo
ResponderEliminarun abrazo
Muy interesante lo que cuentas, leí hace tiempo Leviatán y me gustó bastante.
ResponderEliminarBesos.
Fijate que una frase enviada (supongo) para dejarte hundida te abre todo un camino... Me ha encantado esta historia
ResponderEliminarPARECE OBSESIVO lo que esta mujer hace...la mejor forma de entrar en la intimidad de las personas, es dando la tuya...interesante lo que se puede descubrir
ResponderEliminarmás que interesante tu entrada que he disfrutado mucho.
ResponderEliminarInteligencia y un escritor maravilloso como Paul Auster hacen de esta entrada un buen regalo. Gracias.
Un beso, Claudia
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarinteresantísimo. en una clase, no hace mucho, vi una de sus fotos con un vagabundo en su cama. quedé impresionado. e intrigado. tendré que leer a paul.
ResponderEliminarvale saber más.
Muy curioso, lo buscaré y te cuento.....
ResponderEliminarPor encontronazos del ramo(y me dejo cuidar/querer)paso por este blog.
ResponderEliminarUna amiga mía decía: "cuidate, y me cuidarás". Algunas lecturas tiene
En cuanto al acto voyeurista de mirarse y remirarse a uno mismo, o la hostia ya sería seguirse a uno mismo en su viaje a Venecia (pagando encima por dos), qué aburrido. Parece más divertido autorretrarse en ese retratar a los que nos encontramos, con o sin nazos.
Por cierto, mi luna habla, pero yo no la escucho
Merci