Los viejos del parque se sientan en los bancos buscando el sol que les calienta los huesos.
Esos viejos que no protestan cuando paso con el perro, que intentan hacerle una caricia y tienen ganas de contar sus historias.
Estos días no hay nadie en el banco, hace demasiado frío.
Pero al volver a casa, me veo de vieja en el banco, con el viejo más pícaro sentado a mi lado, diciéndome alguna cosa, que me hace sonrojar como una vieja en plena pubertad.
Eso no es viejo. Tomar la vida en cada uno de sus capítulos no puede llamarse vejez.
ResponderEliminarNos vemos en el banco!!!
:)
Feliz año.
Habrá suficientes bancos para todos? Besos.
ResponderEliminarviejo/a se hace uno/a cuando dejan de interesarle las cosas, cuando espera que pase la vida...ánimo, no dejes que la vida pase de largo
ResponderEliminarNo es mal futuro ese.
ResponderEliminarBesos.
Yo ya me conformaría con saber que no me convertiré en una vieja protestona. Y no lo tengo tan claro.
ResponderEliminarBesitos
Te ves bien, entonces. Ser vieja o viejo pícaros es amar la vida hasta el final.
ResponderEliminarTenemos tanto que aprender de ellos, yo personalmente con ellos me lo paso bomba y me rejuvenecen.
ResponderEliminarBesos, Claudia.
¡Que entrada más tierna! Todas nos veremos así.
ResponderEliminarBesos
Qué bello. A veces la vida nos deja tan poco tiempo para pararse un poco en el banco y contemplar su discurrir...
ResponderEliminarQue los Reyes sean generosos.
eso mismo quiero yo!
ResponderEliminarPues yo de viejo quiero que algún joven me enseñe cosas nuevas, sus formas de entender el mundo, la nueva comunicación...bueno, lo del banco y el rubor tampoco pinta mal ;-)
ResponderEliminarUn beso
Inmóvil andén
ResponderEliminarclavado al suelo
hoy no tiene viajeros
el sol los convocará de nuevo, también quiero estar, con el equipaje pleno de historias
que se ven, que se viven, que se piensan o que se oyen.
Pues no sé los que se sientan en los bancos, pero desde luego los que se apuntan a alguno de los múltiples bailes de los domingos, ligan mucho.
ResponderEliminarY tenemos cierta tendencia a ver a los ancianos como seres angelicales que han dejado atrás las malas artes, pero algunos con los años las han perfeccionado.
Y líbreme el Azar de hablar mal de los viejos, porque creo que estar en esa edad donde has ido perdiendo lentamente todo lo que antes te alegraba la vida, debe ser muy duro.
Mi lema sería:
adopta un anciano.
Al fin a todos nos cambiarán los pañales, si no nos morimos antes.
Feas perspectivas.
[creo que me ha salido un comentario poco agradable de leer. no ha sido con intención]
Nada más entrañable que esa visión de ancianos hablando del tiempo y de fútbol tomando el sol en un banco. Son nuestra historia que saben apreciar mucho con lo poco.
ResponderEliminarSaludos de este principiante bloguero.
Has creado una imagen de la vejez perfecta...me gusta
ResponderEliminarQué vonito, Claudia. Ver esa imagen que describes me produce serenidad. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Todos los ciclos de la vida deberían tener su encanto y tú has sacado a la luz uno de ellos. Mientras todavía alguien te haga sonrojar no existirá vejez, ni tristeza, ni cansancio...tal vez ni siquiera vejez.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, Claudia, guapisima
Yo soy ese viejo.
ResponderEliminarSi es que todas las etapas tienen su encanto! Eso es lo bonito...
ResponderEliminaryo me sentaré contigo en ese banco
ResponderEliminarOjalá yo nunca llegue a viejo:(
ResponderEliminarNo me gustan estos días de invierno que desalojan los parques de niños y también de ancianos, algunos de ellos para ya no volver. :-(
ResponderEliminar.Está bien verse en los demás. Es comprensión. Y ternura. Biquiños,
ResponderEliminarYo de vieja quiero tener alguien a mi lado, no sentirme sola; alguien con quien pasear, desayunar, sentarme en cualquier banco... creo que es eso lo que buscamos, compañía.
ResponderEliminarBonitas palabras para empezar el mes frío/lluvioso de enero.
saludos.
Sentada en un banco del parque, con un viejo pícaro al lado... Llegar a la vejez así, me gusta...
ResponderEliminarFeliz 2011, Claudia.
El amor no tiene edad, pero la pasión sí tiene fecha de caducidad. :D
ResponderEliminar¡Ojalá sea así, es un plan estupendo, vieja!
ResponderEliminarA mí también me enternecen y pienso en qué pensaran ellos; ahora con más motivo que nunca porque mi mamá vive conmigo y está muy viejita.
Un beso