La única vez que la he visto sumisa fue ante la muerte, la aceptó
sin rechistar, sin aspavientos, consciente e inmutable a los noventa y
seis.
Al llegar a casa después de esas
noches de hospital, necesitaba ducharme con guante de crin, con chorro
potente y que todo se fuera por el desagüe, estaba siendo espectadora de
primera fila y volvía impregnada de crudeza, yo tenía mi propia lucha
contra la muerte, que se me había presentado tal como era.
Sin planificarlo ni buscarlo encontré mi arma.
Estoy
segura. De alguna forma, hubo una conexión entre la muerte de mi abuela
y la concepción de mi hija, de que existe un lazo entre ellas sin que
lo sepan y ni siquiera se hayan conocido.
Los
siguientes meses fueron los más plenos de mi vida, no necesitaba nada,
ni a nadie, solo recrearme en mi victoria, la victoria de la vida.
Atrozmente delicioso, tierno, escalofriante, bello. En síntesis: un lujo.
ResponderEliminarBss.
Tan bonito es, que decidieron celebrarlo un día de cada año. Cada ocho de diciembre.
ResponderEliminarLa fiesta es, o debería serlo, en honor de tu abuela, y de su biznieta, y de la madre de la biznieta de tu abuela.
Felicidades.
Ay Claudia! A mí me pasó algo muy muy muy parecido.
ResponderEliminarDios mío! Casualidad?
Un beso o 2 #
Así es la vida... y se suele regir por esas leyes.
ResponderEliminarBesos, Claudia.
Mataste la muerte con una vida.
ResponderEliminarQue bien.
Besos.
Acompañar a alguien querido en sus últimos momentos es muy duro pero, cuando pasa el tiempo y se puede recordar sin dolor, es una de las cosas que te hacen sentir más persona.
ResponderEliminarYo pasé una experiencia similar a la tuya y también quise compartirla, llevándola un poco a mi terreno. Si te apetece verla, pásate por aquí:
http://yosoyeljavito.blogspot.com/2011/06/la-carretera-de-rose.html
Me encanta la forma en que tú lo has contado.
Besos
Existe ese lazo, sí. Yo llamé a mi hijo como se llamaba mi abuela, que había muerto hacía poco de su nacimiento, y a veces la observo asi a escondidas y me gusta pensar en esos lazos...
ResponderEliminarMe he emocionado en tu relato; vuelven a mí esos cruces de almas de mi vida.
ResponderEliminarbesos espeluznados
Precioso Claudia.
ResponderEliminarAy, me ha encantado, sinceramente.
ResponderEliminarSon dos caras de una misma moneda. Nacer y morir es lo mismo, se sufre al abandonar la vida y se sufre para tenerla...el espacio entre una y otra cosa, es nuestro.
ResponderEliminarUn besito.
Me encantan estos chutes de vida, tan y tan necesarios.
ResponderEliminarEl olor del que hablas lo llevo impregnado cada día.
Un beso, me ha gustado mucho, gracias.
Este texto me gusta especialmente; puertas que se cierran, puertas que se abren... Muy hermoso, Claudia.
ResponderEliminarPrecioso texto. Profundo y real. Morir y Nacer, ley de la vida.
ResponderEliminarMerry Kisimusi!!
Me gusta mucho Claudia y si además no es un cuento entonces es bestial que sea así.....morir para dar vida....¿le pusiste el nombre de tu abuela?
ResponderEliminarCara o cruz.
ResponderEliminarTengo la idea que somos inagotables...
Pero qué bonito Claudia yo lo he experimentado todo eso, y me es muy familiar, precioso amiga.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte
Bella manera de contar el famoso
ResponderEliminar"círculo de la vida", y cuando ocurre como tú lo cuentas, la muerte duele mucho menos.
Un beso.
Esa es la actitud que me gusta mantener ante la vida.
ResponderEliminarVer la parte positiva.
Siempre que te fijes en la vida y no te focalices en la tristeza de la muerte, venceras.
escogiste el mejor modo.
ResponderEliminartambién yo recuerdo mi embarazo como una época de plenitud y conexión total con mi cuerpo y con el suyo, que empezaba a crecer poco a poco.
biquiños,
Aldabra
p.d.: leí tu comentario en el blog de Semilla Negra sobre ese amor que aparece y desaparece... ¡que mal!, lo siento mucho, de veras, porque ese tipo de relaciones desequilibran bastante... sé fuerte y no te dejes arrastrar, toma tus propias decisiones.
¡que facil es la teoría!
IMPRESIONANTE. ME HA GUSTADO TANTO, TANTO...eSE HILO FINO ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE...
ResponderEliminarBESOS
la muerte es parte de la vida
ResponderEliminarEs una paradoja, pero a veces, es necesario pintarla de colores, para hacer la vida más llevadera. Un abrazo.
ResponderEliminarNacemos para vivir y vivimos para morir,
ResponderEliminarque estas fechas tan señaladas
tengas una ¡feliz Navidad!.
un abrazo.