lunes, 7 de febrero de 2011
zancadas de memoria
Lo primero la respiración.
La respiración de su pecho en mi cara, subiendo y bajando y la mía intentando acompasarse, casi sin respirar por no romper el ritmo. Sólo eso, ni antes, ni después, sólo la respiración. Y yo pequeña, pero protegida y a salvo. Aunque estuviera dormido.
En una zancada, la memoria avanza hasta las natillas sobre la mesa y él sentado en la silla, con la mano en la frente, haciendo un esfuerzo desesperado por probarlas. Y me veo por el pasillo, llevándomelas y tirándolas por la fregadera sin que nadie me vea y de vuelta, él mirándome agradecido.
Un paso más de memoria y aparece pidiendo que le tape los pies con una manta, pero ese frío no hay quien lo tape y yo no quería robarle a mi madre ese momento y le hice darle la mano, a costa de la mía, con la irritante sirena de fondo, tambaleándome en cada curva, sabiendo que era el final.
A veces me sigo viendo pequeña y con la mano huérfana.
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Una vez leí que alguien se va cuando muere la última persona que lo recuerda.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha gustado lo de Suso... pero porqué te castigas? o acaso no eres tu...
ResponderEliminarNadie muere del todo mientras vivan los seres que lo amaron y lo recuerdan.
ResponderEliminarYo no pude decirle adiós al mío pero cada vez que soy feliz y encuentro mis ojos en un espejo veo los suyos.
Vengo a agradecerte visita y la huella dejada en mi espacio allí siempre que quieras te estaremos esperando
Un beso
Se me ha encogido el corazón...
ResponderEliminar¿ quieres mi mano un ratito, aunque no sirva de mucho?
Un beso.
Me ha conmovido tu texto. Mucho!. La memoria nos libera de la soledad.
ResponderEliminarUn beso, Claudia
Me ha gustado esa vida concentrada en tres pasos, tres zancadas largas, y ese momento final en la ambulancia, me parece que está todo presentado con una sutileza exquisita
ResponderEliminarGenial.
ResponderEliminarYo también te doy mi mano por un rato.
ResponderEliminarUn beso o 2 !
Pd: aunque triste preciosas tus palabras !
No sé que decir Claudia...
ResponderEliminarJo.
ResponderEliminarMe estrangulaste.
Besos.
Estremecedor.
ResponderEliminarSincero y duro.
ResponderEliminarBesos Claudia.
Se me ha erizado todo, Claudia. Emotivo relato lleno de amor. Biquiños.
ResponderEliminarAldabra
muy emotivo y muy bien contado, claudia
ResponderEliminartriste, muy triste... pero bello, de como hacer que un recuerdo que nos gustaría olvidar
un abrazo, claudia
au revoir
Sí, Claudia, cuando se van nuestros pilares permanecemos ya huérfanos de por vida.
ResponderEliminarSólo los conservamos en esos diáfanos recuerdos que nos los devuelven a las sensaciones y a nuestra cotidiana realidad.
Besos.
dices mucho con poco.
ResponderEliminaremociona.
Terriblemente maravilloso.
ResponderEliminarTres puntales que trazan el hilo fuerte que nunca se rompe. Que nunca se rompe, si eres capaz de hacer que, una noche cualquiera,
siga tirando de ti. Somos eslabones de una cadena, y la memoria es la medida de su longitud.
Se me hizo un nudo en el corazón!
ResponderEliminarTe dejo un abrazote fuerte!
Como siempre Claudia, simplemente genial. Consigues emocionar con muy pocas palabras, es maravilloso.
ResponderEliminarMuchos besos.
El sentimiento, cuando se describe con estilo, duplica su poder.
ResponderEliminarEste texto tiene estilo.
un beso
Claudia, qurida claudia. Que decirte? que contarte que tu alma calme? NAda no hay nada, yo pasé por ese trance hace muy muy poquito y también escribi sobre él. Ojalá pudiera contarte algo que arrulle tus sentidos. Ojalá.
ResponderEliminarHe recordado la muerte de mi padre, todos los hijos y mi madre dándole la mano o tocándole...¡que triste!..
ResponderEliminarLa memoria y sus pasos... Las cuestión son los traspiés...
ResponderEliminar:)
Un abrazo
que triste claudia, pero que bonito...
ResponderEliminarSiempre te quedará en el recuerdo...
ResponderEliminarLos que se van, sencillamente tenían un poco más de prisa de llegar a donde vamos todos. No hay muerte cuando no hay olvido. Una vida siempre tiene valor aún cuando ya no tenga un contador por el que sigan pasando los días. La memoria, por muy triste que sea y viajemos con ella al pasado, nosotros seguimos estando aquí en el presente y eso es lo que importa. Viajar a donde quieras, pero teniendo claro que estás siempre aquí. Disfruta este momento incluso con compañías a las que ya no puedes coger de la mano. Besos.
ResponderEliminarA veces nos pasa a todos.
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