Llegó a ser atosigante soñar tantas veces lo mismo: que sigue ahí, que vuelve a aparecer, que no acaba nunca de irse, entrometiéndose en mi inconsciente sin permiso.
Y así sin más, una noche se despide: Adiós, me voy. Con un jersey beige que nunca le vi puesto.
No sé si me siento liberada o indignada, parece que me estuviera dando permiso para algo. Me alegra no conocer todos sus jerséis y que no ocupen sitio en mi armario. Ni en mi cabeza.
El sitio en el armario se agradece. En la cabeza, también, aunque sea más difícil.
ResponderEliminarClaudia, me alegra volver a leerte después de tanto tiempo. Aún conservo tu recuerdo en mi blog.
Besos
These stories are truly incredible. Thank you for this information. APPLE ปิดใช้งานบัญชีนักพัฒนา
ResponderEliminar