jueves, 30 de junio de 2011

delicatessen





Nos podemos cocinar juntos
y sacarnos todos los jugos
 quedaremos
deliciosamente pochados

domingo, 19 de junio de 2011

prenez soin de vous






Cuando vi este autorretrato de Sophie Calle, me interesó buscar lo que hacía.
Conforme iba leyendo, me dí cuenta de que esa foto era la síntesis perfecta de su obsesión: mirar y ser mirada.

En su forma de actuar, había algo de mí, ese impulso de recoger cosas intrascendentes que pone el azar en el camino y dedicarles un montón de energía, buscar afanosamente un sentido a algo que se sabe de antemano que no lo tiene. La diferencia es que ella lo convirtió en su profesión y en mi caso, no deja de ser una pérdida de tiempo, un agarrarse a lo absolutamente improductivo.

Pero no le basta con mirar, necesita meterse en la intimidad de las personas y que las personas se metan en la suya propia y lo lleva al extremo.


Sophie Calle, recibió vía e-mail, una carta de ruptura de su pareja que terminaba diciendo: "prenez soin de vous" (cuídate, pero que en francés suena mucho más frío y despiadado). No sabiendo qué responder y sintiéndose como si ella no fuera la destinataria de la carta, la envió a 107 mujeres y les pidió que la interpretaran según sus oficios y ocupaciones, había cantantes, contables, actrices, bailarinas, criminólogas, periodistas, astrólogas, poetas, matemáticas, dramaturgas, traductoras, payasas y más.

Con todo el material fotográfico, grabado y escrito, hizo un libro "Prenez soin de vous" y más adelante una exposición. Y así consiguió salir del agujero.



Para otro de sus trabajos, buscó a gente desconocida para que ininterrumpidamente y por turnos, durmieran en su cama, durante ocho días. Les observó y les tomó fotos mientras dormían.

Cuando volvió a París después de estar siete años en el extranjero, se dedicó a seguir a gente por la calle y ella misma cuenta, que siguió a un tipo hasta Venecia. Invirtiendo los papeles, cuando le pidieron que trabajara sobre un autorretrato, le dijo a su madre que contratara a un detective para que siguiera todos sus pasos y la fotografiara.


Otra vez, se encontró una agenda y se le ocurrió fotocopiarla y devolverla anónimamente, quería conocer al dueño de la agenda a través de sus contactos, que ellos le contaran todo de él.


Paul Auster convirtió a Sophie Calle en un personaje de su novela y en eso estoy, leyendo Leviatán.





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miércoles, 15 de junio de 2011

luna llena








Esperé a que la luna se llenara.
Cuando por fin me puse a contemplarla,
me dí cuenta de que no era más que un cuerpo celeste,
que no me entendía cuando le hablaba.

miércoles, 8 de junio de 2011

intangibles

(Dorothea Lange)


No puso ninguna regla ni condición pensando que lo que saliera le serviría,  pero las normas empezaron a imponerse intangibles y caprichosas, como si los intentos de hacer algo fácil, se volvieran del revés para no dejarle improvisar, como si la misma falta de normas estrangulara.


No quería preguntar por si parecía que le interrogaba, ni podía sentirse tan mal, por si se notaba que le importaba demasiado. No habían puesto un contenedor donde depositar la tristeza.

Dejó crecer el misterio, ese misterio que atrae y estimula, pero creció desmesurado, como si alguien lo abonara en secreto y lo injertara con la obsesión.

Toda aquella arena fina y cálida bajo sus pies, se empezó a escapar con cada ráfaga, no había forma de retenerla y presentía que estaba formando una duna en algún otro desierto.


Esa intensidad de sentimientos, dolía con tanta indefinición,  pero de vez en cuando la echa de menos.

lunes, 6 de junio de 2011

mermelada de cerezas


tener suerte de que este año, no se las hayan comido los pájaros



coger con rabito para que no se estropeen
recolectar
recordar viejas costumbres

deshuesar

volver a meter la ropa de planchar en la lavadora


experimentar mientras se espera


 
Ignorar comentarios como: a mí solo me gusta la de albaricoque y LISTO

 

miércoles, 1 de junio de 2011

fobias



He aprendido a detectar, por la temperatura y el grado de humedad, los días en los que las arañas entran en las casas y hoy es uno de esos días. Me cuido mucho de no andar descalza y de mantener una distancia prudente con las paredes, porque tengo fobia a las arañas.

Dicen que lo que más se teme es lo que más se desea, pero no me voy a dar la oportunidad de averiguarlo.

Es una fobia llevadera, porque en estas latitudes no hay tarántulas, solo las que me aparecen en los sueños.

Hace poco soñé que una araña gordísima y peluda se metía por la parte de abajo del pantalón y entonces el pantalón se estrechaba y no podía hacer nada para sacarla.

Y unos días después, había una araña negra, exageradamente negra, que venía hacia mí, y yo paralizada, pero justo cuando estaba enfrente mía, se convertía en un perrito igual de negro, que me ladraba. (Juraría que esto es una mejoría).

Siempre avanzan hacia mí con una rapidez que no puedo controlar, son esas ocho patas las que tienen la culpa.

He estado leyendo por ahí fobias tan raras, que yo me quedo con la mía y me pregunto quién tendrá tan mala leche de haber puesto el nombre a la fobia a las palabras largas:

Hipopotomonstrosesquipedaliofobia