jueves, 8 de diciembre de 2011

concepción

 La única vez que la he visto sumisa fue ante la muerte, la aceptó sin rechistar, sin aspavientos, consciente e inmutable a los noventa y seis.


Al llegar a casa después de esas noches de hospital, necesitaba ducharme con guante de crin, con chorro potente y que todo se fuera por el desagüe, estaba siendo espectadora de primera fila y volvía impregnada de crudeza, yo tenía mi propia lucha contra la muerte, que se me había presentado tal como era.


Sin planificarlo ni buscarlo encontré mi arma.


Estoy segura. De alguna forma, hubo una conexión entre la muerte de mi abuela y la concepción de mi hija, de que existe un lazo entre ellas sin que lo sepan y ni siquiera se hayan conocido.

Los siguientes meses fueron los más plenos de mi vida, no necesitaba nada, ni a nadie, solo recrearme en mi victoria, la victoria de la vida.

24 comentarios:

  1. Atrozmente delicioso, tierno, escalofriante, bello. En síntesis: un lujo.

    Bss.

    ResponderEliminar
  2. Tan bonito es, que decidieron celebrarlo un día de cada año. Cada ocho de diciembre.

    La fiesta es, o debería serlo, en honor de tu abuela, y de su biznieta, y de la madre de la biznieta de tu abuela.

    Felicidades.

    ResponderEliminar
  3. Ay Claudia! A mí me pasó algo muy muy muy parecido.
    Dios mío! Casualidad?

    Un beso o 2 #

    ResponderEliminar
  4. Así es la vida... y se suele regir por esas leyes.

    Besos, Claudia.

    ResponderEliminar
  5. Mataste la muerte con una vida.
    Que bien.

    Besos.

    ResponderEliminar
  6. Acompañar a alguien querido en sus últimos momentos es muy duro pero, cuando pasa el tiempo y se puede recordar sin dolor, es una de las cosas que te hacen sentir más persona.

    Yo pasé una experiencia similar a la tuya y también quise compartirla, llevándola un poco a mi terreno. Si te apetece verla, pásate por aquí:
    http://yosoyeljavito.blogspot.com/2011/06/la-carretera-de-rose.html

    Me encanta la forma en que tú lo has contado.
    Besos

    ResponderEliminar
  7. Existe ese lazo, sí. Yo llamé a mi hijo como se llamaba mi abuela, que había muerto hacía poco de su nacimiento, y a veces la observo asi a escondidas y me gusta pensar en esos lazos...

    ResponderEliminar
  8. Me he emocionado en tu relato; vuelven a mí esos cruces de almas de mi vida.

    besos espeluznados

    ResponderEliminar
  9. Son dos caras de una misma moneda. Nacer y morir es lo mismo, se sufre al abandonar la vida y se sufre para tenerla...el espacio entre una y otra cosa, es nuestro.

    Un besito.

    ResponderEliminar
  10. Me encantan estos chutes de vida, tan y tan necesarios.
    El olor del que hablas lo llevo impregnado cada día.
    Un beso, me ha gustado mucho, gracias.

    ResponderEliminar
  11. Este texto me gusta especialmente; puertas que se cierran, puertas que se abren... Muy hermoso, Claudia.

    ResponderEliminar
  12. Precioso texto. Profundo y real. Morir y Nacer, ley de la vida.

    Merry Kisimusi!!

    ResponderEliminar
  13. Me gusta mucho Claudia y si además no es un cuento entonces es bestial que sea así.....morir para dar vida....¿le pusiste el nombre de tu abuela?

    ResponderEliminar
  14. Cara o cruz.
    Tengo la idea que somos inagotables...

    ResponderEliminar
  15. Pero qué bonito Claudia yo lo he experimentado todo eso, y me es muy familiar, precioso amiga.
    Un abrazo muy fuerte

    ResponderEliminar
  16. Bella manera de contar el famoso
    "círculo de la vida", y cuando ocurre como tú lo cuentas, la muerte duele mucho menos.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  17. Esa es la actitud que me gusta mantener ante la vida.

    Ver la parte positiva.

    Siempre que te fijes en la vida y no te focalices en la tristeza de la muerte, venceras.

    ResponderEliminar
  18. escogiste el mejor modo.

    también yo recuerdo mi embarazo como una época de plenitud y conexión total con mi cuerpo y con el suyo, que empezaba a crecer poco a poco.

    biquiños,
    Aldabra

    p.d.: leí tu comentario en el blog de Semilla Negra sobre ese amor que aparece y desaparece... ¡que mal!, lo siento mucho, de veras, porque ese tipo de relaciones desequilibran bastante... sé fuerte y no te dejes arrastrar, toma tus propias decisiones.

    ¡que facil es la teoría!

    ResponderEliminar
  19. IMPRESIONANTE. ME HA GUSTADO TANTO, TANTO...eSE HILO FINO ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE...
    BESOS

    ResponderEliminar
  20. Es una paradoja, pero a veces, es necesario pintarla de colores, para hacer la vida más llevadera. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  21. Nacemos para vivir y vivimos para morir,
    que estas fechas tan señaladas
    tengas una ¡feliz Navidad!.
    un abrazo.

    ResponderEliminar